Unos monos arrastran a unos cachorros – Un turista palidece al descubrir la verdad

La risa burlona del oficial resonó en la sala, haciendo que la frustración de Fredrick se desbordara. Sentía como si sus urgentes súplicas fueran ignoradas como meras fantasías. La determinación de Fredrick se endureció. Haciendo caso omiso del despectivo oficial, se inclinó hacia él, con la voz cargada de intensidad.

Detalló la precisa y despiadada coordinación de los ladrones y el elaborado y siniestro diseño de su plan. Su voz temblaba ligeramente al relatar cómo habían manipulado a los monos para que desempeñaran un papel espeluznante: atraer a turistas desprevenidos a una trampa tendida en las oscuras profundidades de la selva.