La idea de que estos monos de aspecto inocente formaran parte de un complejo y retorcido plan criminal era difícil de tomar en serio. Era como si la realidad misma hubiera dado un giro extraño, haciendo que todo el escenario pareciera casi ridículo.
La noción era un giro chocante, tan inverosímil que ponía a prueba los límites de la credulidad, haciendo que uno se preguntara cómo era posible que una idea tan absurda pudiera ser cierta. Un oficial, con una sonrisa burlona en la cara, se rió, descartando la versión de Fredrick con un gesto de la mano.