Fredrick se rió con la multitud, disfrutando del caos de todo aquello. Pero entonces algo extraño llamó su atención. Por el rabillo del ojo, vio a un mono corriendo por el camino de piedra, agarrando algo en sus brazos.
No era raro que estas ágiles criaturas se llevaran cualquier cosa que pudieran agarrar. Los monos eran famosos por su comportamiento oportunista, a menudo arrebataban cualquier cosa, desde bocadillos hasta gafas de sol, con una destreza tan impresionante como exasperante.