Un mono arrastra a su cachorro y su dueño se sorprende al descubrir la verdad

Fue lo que siguió lo que le heló la sangre. Uno tras otro, aparecieron más monos de la selva. Todos llevaban algo: un teléfono, una cartera, gafas de sol, pequeños objetos que le resultaban extrañamente familiares.

Todos se dirigían al mismo lugar, cada animal agarraba con fuerza su premio mientras desaparecía por la oscura puerta del edificio. Gabriel se quedó paralizado, su mente se tambaleaba mientras luchaba por encontrar sentido a lo que estaba viendo. Sus pensamientos giraban en espiral, mareándole mientras el peso de la situación le presionaba.