Parecía fuera de lugar, como si lo hubieran construido deprisa y olvidado. Las paredes de cemento estaban ásperas, agrietadas en algunos lugares, con parches de musgo aferrados a ellas, como si la naturaleza ya hubiera comenzado su trabajo de recuperación de la estructura.
A primera vista, no parecía gran cosa: sólo otro puesto abandonado, tal vez un viejo almacén o un refugio abandonado. Se fijó en el mono que se dirigía hacia el edificio. Pero lo que le asombró no fue el mono en sí.