Mientras caminaba por el viejo camino de tierra, George disfrutó de las vibrantes vistas y sonidos del verano: los pájaros piando alegremente, las abejas zumbando, las libélulas volando por encima y el suave susurro de los árboles en la suave brisa.
George silbó mientras caminaba hacia los pastos, ansioso por ver a Luna y jugar con ella. Luna era la amiga de cuatro patas más querida de George. Aunque George quería mucho a todos sus animales, tenía un cariño especial para su vieja compañera y mejor amiga de confianza.