Un granjero encuentra a su perro desaparecido después de 8 meses: al acercarse se pone pálido

El invierno se asentó sobre la granja, cubriéndola con un manto blanco de nieve que ocultaba cualquier vestigio de los acontecimientos del verano anterior. Mientras George recorría el granero, atendiendo a los animales en las frías mañanas, sus pensamientos se dirigían a Luna, preguntándose si estaría abrigada dondequiera que estuviese. Se la imaginaba prosperando en un prado lejano, sin darse cuenta de lo mucho que la echaba de menos.

A medida que las estaciones cambiaban y la vida continuaba, George también intentaba seguir adelante y dedicarse a su trabajo en la granja, tratando de mantener los pensamientos de Luna en el fondo de su mente. Aprendió a centrarse en su trabajo y a prestar toda su atención al ganado y a los demás animales de la granja, agradecido por la alegría y el propósito que aportaban a su vida.