Un granjero encuentra a su perro desaparecido después de 8 meses: al acercarse se pone pálido

A medida que las semanas se convertían en meses, la esperanza de George empezaba a desvanecerse. Su corazón se hundía cada día que pasaba sin Luna. La chispa que antes vibraba en sus ojos se apagaba a medida que el implacable paso del tiempo iba desgastando su espíritu. La naturaleza seguía su ritmo, las estaciones cambiaban y la vida avanzaba, ajena al profundo dolor de George.

A medida que pasaban los días, George no encontraba ninguna motivación para continuar con sus tareas. Cada vez que veía el prado vacío, le invadía una nueva oleada de angustia. La granja, antaño llena de vida, parecía marchitarse junto a la menguante esperanza de George.