¿Podría ser? Desde lejos, Bill divisó una forma oscura que subía por la colina de pastos hacia la granja. El andar, el pellejo, el suave mugido que arrastraba el viento… ¡se parecía a Daisy! Bill no podía creerlo. Después de tantos meses, ¿podría haber vuelto Daisy?
Bill se quedó inmóvil, con los ojos fijos en el búfalo, incrédulo.