Un granjero encuentra a un búfalo desaparecido después de 8 meses – Cuando se acerca, se vuelve pálido

A medida que avanzaban los días de verano, el tiempo permanecía indiferente a la agitación de Bill. La naturaleza seguía su ritmo habitual, ajena a su dolor. A Bill le resultaba cada vez más difícil encontrar motivación para cuidar de su granja. Cada vez que veía los pastos vacíos, se desataba una nueva oleada de angustia. Durante sus descansos, solía quedarse en el prado sur, casi esperando que Daisy reapareciera detrás de una colina, como si nunca hubiera pasado nada.

Pero el prado permanecía vacío..