Imagina que le das la noticia a Vladimir Putin de que existe un hombre en este planeta que es su vivo retrato. Imagínese la expresión de interrogación que podría cruzar su rostro estoico, una mezcla de intriga y tal vez una pizca de disgusto.
Encontramos al doble de Morgan Freeman cómodamente acurrucado en su asiento, con la misma expresión de cansancio y el aura inconfundible de alguien que ha pasado por todo; los ojos cerrados y un comportamiento que refleja el cansancio característico de Freeman.