Este hombre se hartó de patear asientos pero cuando se da la vuelta descubre un giro inesperado

Desde las mañanas en las bulliciosas salas de conferencias hasta las noches revisando documentos y preparando presentaciones, el viaje había sido un maratón de intensa concentración y movimiento constante. La energía de la ciudad, aunque estimulante, le dejó agotado.

Como gestor de proyectos de alto nivel, Kevin estaba acostumbrado a la presión: los plazos ajustados y las altas expectativas eran su norma. Pero el constante torbellino de trabajo le dejaba anhelando la paz. Ahora, mientras el avión zumbaba, intentaba recuperar la calma, lejos del caos de la vida urbana.