Este hombre se hartó de patear asientos pero cuando se da la vuelta descubre un giro inesperado

La confusión de Kevin aumentó y su frustración también. ¿Por qué no respondía el chico? ¿Qué estaba ocurriendo? Desesperado por obtener más información, Kevin escribió con urgencia: «¿Qué has visto? Dímelo, por favor»

Volvió a deslizar el cuaderno, su ansiedad crecía con cada segundo que pasaba. Pero, de nuevo, el cuaderno permaneció en silencio. La frustración de Kevin era palpable y su esperanza empezaba a disminuir a medida que la tensión aumentaba.