Hizo una señal a una azafata, tratando de aparentar calma a pesar de su creciente frustración. «Disculpe», dijo Kevin cuando la azafata se acercó con una sonrisa profesional. «¿Podría traerme un vaso de agua, lo más fría posible?»
Con un cortés movimiento de cabeza, la azafata accedió y se dirigió hacia la cocina. La mente de Kevin se agitó mientras se preparaba para poner en marcha su plan. Aprovechó la oportunidad para ensayar mentalmente su estrategia, con la esperanza de que fuera eficaz.