¡Este hombre se hartó! ¡Mira cómo dio una lección a un niño que pateaba el asiento y a su madre!

Ahora, esperando en la puerta del aeropuerto, lo único que ansiaba era relajarse, asimilar los acontecimientos del viaje y prepararse mentalmente para los retos que se avecinaban. Había planeado utilizar este vuelo como un descanso muy necesario, un breve periodo de desconexión del ritmo incesante de su trabajo.

Se recostó en el rígido asiento del aeropuerto y miró el reloj por enésima vez. Sólo faltaban 10 minutos para el embarque. Dejó escapar un suspiro de alivio. Después del ajetreo incesante de este viaje de trabajo, estaba más que preparado para acomodarse en su cómodo asiento de clase business para el largo vuelo de vuelta a casa.