El karma de una señora con derechos en un restaurante se sirve en bandeja de plata

Con una sonrisa tensa, Stephanie asintió y dijo: «Le diré a la cocina que te lo prepare» Pero cuando se daba la vuelta para marcharse, Karen añadió: «Sinceramente, quizá deberían contratar a gente que realmente sepa lo que hace. ¿O es mucho pedir en un sitio como éste?» Stephanie apretó con fuerza la bandeja.

Stephanie dejó el plato recién emplatado, sólo para que Karen lo mirara con desprecio. «¿Eres lo bastante lista como para saber lo que significa cocinado?» Se burló Karen, con un tono lleno de desprecio. «¿O es pedir demasiado a una camarera de pueblo?» El insulto golpeó con fuerza, deshilachando los últimos restos de paciencia de Stephanie.