Se desvió ligeramente para evitar tropezar con él, pero reanudó rápidamente su camino. Su mente, absorta en las innumerables tareas del día y en las palabras alentadoras de su lista de reproducción de audio, permaneció ajena a la silenciosa y desesperada petición de ayuda que representaba la forma inmóvil de Joe.
El incesante ritmo de la ciudad, unido a la preocupación de cada individuo, hacía que la difícil situación de Joe fuera casi invisible en medio del incesante flujo de actividad peatonal. Joe, en un estado de semiinconsciencia e intensa lucha, intentaba reunir fuerzas para moverse. Cada intento le resultaba más difícil, ya que sentía que sus miembros no respondían.