¿Alguien puede ayudar? Un hombre herido se desploma en una calle atestada de gente

Abrió la puerta de un empujón y la recibió el aroma familiar y reconfortante del café recién hecho mezclado con toques de caramelo. La camarera, ya acostumbrada a su rutina, le preparó su pedido habitual -un macchiato de caramelo- con una facilidad que le resultaba familiar. Cuando Amanda cogió su taza y se dirigió a su asiento preferido en la esquina, suspiró aliviada, esperando unos momentos de tranquilidad en medio del caos.

Se acomodó en la silla y se colocó estratégicamente junto a la ventana, desde donde podía contemplar el bullicio de la calle. Dio un sorbo a su café, saboreando su dulce y rico sabor, y empezó a sacar su portátil y su teléfono.