Dejando la recuperación de la moto en manos de los fiesteros, nos quedamos con una divertida historia con moraleja. Es un recordatorio para mantener la diversión en tierra y las motos fuera de la piscina. Lección aprendida: Algunas salpicaduras es mejor hacerlas sin motor. Limitémonos a los fideos de piscina, no a las motos
La imagen evoca un portal al núcleo de la tierra, un abismo escalofriante y formidable que despierta la imaginación. Es un crudo recordatorio de las misteriosas profundidades de la naturaleza, un espectáculo estremecedor desde una distancia segura. Es mejor admirar esta maravilla desde lejos, donde sólo es espeluznante, no calamitosa.