Un hombre sale a «pasear» todos los días. Cuando su mujer le sigue, llama inmediatamente a un abogado para pedir el divorcio

Pero con el paso de las semanas, sus visitas al café se hicieron más largas y frecuentes. Paul era un marido estupendo en general, cuidando de Melissa y preparándose para el futuro bebé, pero estas largas ausencias pronto se convirtieron en motivo de preocupación.

«Paul, ¿qué haces en el café durante tanto tiempo?» Preguntó Melissa una tarde, intentando mantener un tono ligero pero sin poder ocultar su preocupación. «Sólo despejo la cabeza, cariño», respondió Paul con una sonrisa tranquilizadora. «El café es muy tranquilo. Me ayuda a pensar»