Y no tardó en recibir la mejor noticia de su vida: ella y Paul esperaban un bebé. Melissa y Paul estaban eufóricos. Ella estaba impaciente por tener un hijo con Paul. Se pasaban las tardes planeando la habitación del bebé e imaginando la vida que construirían para su pequeño.
Melissa no sabía que esto era sólo el principio de sus problemas. Desde que se mudaron a su nueva casa cerca del bosque, Paul había empezado a ir a trabajar a una cafetería cercana. Al principio, a Melissa no le importaba. Le parecía razonable, incluso reconfortante, que hubiera encontrado un lugar tranquilo para concentrarse.