De repente, John rompió a llorar. Al ver su estado, Chloe sugirió que fueran a tomar algo. Pasaron las siguientes horas hablando de Heather, del reciente ascenso de John y de los extraños acontecimientos del día. Antes de que se dieran cuenta, el programa había terminado. Sin embargo, Chloe seguía preocupada por John. Así que John prometió llamarla más tarde esa noche para hacerle saber que había llegado a casa sano y salvo.
Al llegar a casa, John cogió instintivamente el teléfono para llamar a Chloe. Estuvieron hablando durante otras tres horas. Esta vez, la conversación giró en torno a Chloe: su carrera, sus sueños, sus ambiciones y sus deseos. A John le resultaba fácil hablar con ella, pero sus pensamientos seguían dominados por Heather.