Un perro no deja de abrazar a su amigo antes de dormirlo: la razón te dejará sin palabras

El veterinario asintió sombríamente. Mientras Susan intentaba levantar a Margo, él se aferraba a Duke con patas desesperadas, reacio a separarse. «Lo siento mucho, amigo», susurró Susan, con la voz quebrada. «Pero tienes que soltarme» Con cuidado, colocó a Margo en su transportín y salió, con el corazón apesadumbrado.

Dejó a Margo al cuidado de su amiga Ruby, que esperaba en el vestíbulo del refugio, dispuesta a ayudarla en esta desgarradora despedida. «Gracias», murmuró Susan en voz baja mientras le pasaba el transportín a Ruby, confiando Margo a sus cuidados.