En los días siguientes, la comunidad se unió en torno a Vanessa y Ollie, ofreciéndoles apoyo y amabilidad. Vanessa encontró consuelo sabiendo que se había hecho justicia. Ollie, ahora seguro y querido, se convirtió en el centro de su mundo, y su recuperación en una fuente de fortaleza.
Mirando a Ollie jugar a la luz del sol que entraba por la ventana, Vanessa sintió serenidad y paz. Los horrores de la traición del Dr. Henderson habían quedado atrás, sustituidos por el amor y la seguridad que tanto les había costado recuperar. Juntos seguirían adelante, inquebrantables.