El corazón de Emily se llenó de alegría al oír aquel ruido tan familiar. Era un sonido que no había oído en años, pero que le trajo un torrente de recuerdos. «Hola, colega… ¿Te acuerdas de mí?» Susurró Emily, con la voz un poco temblorosa pero llena de calidez. «Soy Emily, tu mejor amiga»
Lentamente, la cabeza de Tubby asomó de su caparazón y sus pequeños ojos parpadearon hacia Emily. No hubo grandes gestos ni momentos dramáticos, pero la simple conexión de la mirada de Tubby con la de Emily se sintió como un puente entre el pasado y el presente.