Dave pareció darse cuenta de las órdenes tácitas del jefe de Claire y dejó de hablar. Con un gesto amistoso de la cabeza, empezó a caminar hacia la salida del aparcamiento, llevándose consigo todos sus secretos. Claire lo vio marcharse, mientras pensaba en sus palabras. No sabía si Dave la confundía o la divertía, era realmente una figura interesante, como había dicho Alexander.
Pasaron los días y las semanas y Dave aparecía por el concesionario de vez en cuando. Nadie entendía por qué, pero con el apoyo tácito de Alexander, ya nadie se atrevía a pedirle a Dave que se fuera. Claire se paraba a menudo a charlar con él, pero nunca era capaz de responder a la pregunta de quién era Dave y por qué estaba en ese concesionario.