Claire estaba cada vez más frustrada con Dave y sus misteriosas respuestas. Cada palabra de Dave abría un nuevo capítulo de preguntas. Las respuestas que Claire buscaba parecían una tomadura de pelo, siempre fuera de su alcance.
Claire estaba completamente consumida por la conversación con Dave y el mundo a su alrededor parecía no existir mientras escuchaba sus enigmáticas historias. Justo cuando Claire quería hacer otra pregunta, la puerta del concesionario se abrió de golpe. Su jefe salió y sus ojos rebotaron entre ella y Dave, como si le estuviera recordando sus normas.