Ofreció a Jacob una sonrisa cortés y algo reservada, pero en su actitud se percibía un trasfondo de nerviosismo que Jacob no supo identificar. Una vez que se hubo acomodado, Jacob puso la marcha y arrancó suavemente hacia la carretera.
En el interior del coche reinaba un silencio casi tangible, cargado de tensión tácita. Parecía como si ambos estuvieran ensimismados en sus propios pensamientos, y el silencio entre ellos era cada vez más pronunciado.