A Harry le preocupaba especialmente que se volvieran a hacer comparaciones entre Diana y Camilla, lo que pensaba que molestaría a la gente y sería injusto para todos, incluida Camilla. Esta situación muestra la complicada mezcla de emociones personales y cómo el público ve a la familia real.
Aunque no hay pruebas directas, Harry está convencido de que el estrés de la incesante cobertura mediática contribuyó significativamente a su aborto espontáneo. Esta afirmación apunta al profundo impacto personal que supone estar en el punto de mira de la opinión pública y cuestiona la influencia de los medios de comunicación en la vida de los personajes públicos.