En retrospectiva, Harry lamenta su falta de disponibilidad emocional, atribuyéndola no a una elección deliberada sino a una incapacidad para afrontar sus sentimientos en aquel momento. Admite que no estaba preparado para afrontar la realidad de su pérdida, destacando la complejidad del duelo y los retos que planteaba para la relación con su hermano.
Además, las cándidas reflexiones de Harry sobre el lugar de la boda, el mismo donde se celebró el funeral de su madre, muestran su capacidad para encontrar el humor incluso en las circunstancias más conmovedoras. Este comentario subraya las complejas emociones que rodean a los hitos familiares y la naturaleza agridulce de seguir adelante.