Tras un acto en el Palacio de Buckingham en el que se reunió la familia real, fue Meghan quien dominó los titulares, eclipsando a otros miembros de la familia. Este incidente, entre otros, llevó a la pareja a sentir que su popularidad era percibida como una amenaza. Meghan también reflexionó sobre el impacto de la percepción pública, dándose cuenta de la grave influencia de las narrativas de los tabloides tras un encuentro directo con un comentario crítico sobre sus relaciones familiares.
A pesar del susto inicial, Harry acudió al médico, que le aseguró que no sufriría daños permanentes. Las reconfortantes palabras del médico le aseguraron que todo permanecería intacto y que se recuperaría completamente de los escalofriantes efectos de la congelación.