Una joven no para de hacer señales con la mano en un avión; cuando la azafata se da cuenta, alerta a las autoridades

Cuanto más observaba, más convencida estaba de que esos gestos eran una forma de comunicación, posiblemente un grito de auxilio. Decidida a comprender, Sandra se apoyó en su intuición para descifrar los mensajes silenciosos que la mujer intentaba transmitir desesperadamente. Cada vez que el hombre apartaba la mirada, sus delicadas manos se movían con urgencia, contando una historia que Sandra estaba empezando a desentrañar. Y entonces, de repente, todo encajó…

«Oh, no», susurró Sandra para sí misma, una oleada de comprensión la inundó. «Esto no puede estar pasando» De repente, comprendió por qué había sentido un malestar instantáneo por aquella mujer, incluso sin conocer la historia completa. Le recordaba demasiado a un día oscuro que creía haber dejado atrás. Y todo estaba relacionado con el lenguaje silencioso de sus manos.