Una joven no para de hacer señales con la mano en un avión; cuando la azafata se da cuenta, alerta a las autoridades

Ahora volvía a hacerlo. esto no puede ser una coincidencia», pensó Sandra mientras miraba a la mujer que entraba en el avión. Había algo en ella. Algo que le daba mala espina. Un mal presentimiento.

La hizo retroceder hasta aquel día. Aquel día que tan desesperadamente había querido olvidar. Ese día había cambiado su vida para siempre. Y no en el buen sentido… Había decidido olvidarlo. Dejarlo atrás y seguir viviendo su vida como si todo estuviera bien. Pero ahora, esta mujer entró en su plano.

Al principio, no se había fijado en ella. Estaba ocupada haciendo sus tareas como azafata. Tenía un montón de cosas que hacer en su lista de comprobación una vez que los pasajeros subían al avión, así que su mente estaba ocupada con eso. Pero no pasó mucho tiempo antes de que su mente estuviera ocupada con algo completamente diferente..