Sus pensamientos se aceleraron mientras planeaba qué decirle, cómo parecer amable y no asustarlo. quizá un chiste sobre la comida o un comentario sobre lo largo que es el vuelo», pensó, tratando de encontrar la manera perfecta de romper el hielo.
El zumbido constante de la cabina, desde el parloteo de los pasajeros hasta el tintineo ocasional de un botón de llamada, llenaba el fondo, pero Carole apenas se dio cuenta. Su atención se centra en el chico y en la mujer sentada a su lado. ¿Quién era ella para él? ¿Y qué le ponía tan nervioso? Cada vez que la mujer daba un sorbo a su vino, Carole la observaba atentamente, esperando que decidiera levantarse.