Un niño hace señales extrañas con las manos durante el vuelo. Cuando la azafata se da cuenta, ordena aterrizar el avión

Después de formular su plan, Carole y Joanne reanudaron sus tareas con mayor vigilancia. El corazón de Carole palpitaba con el deseo de ayudar, pero comprendió la necesidad de tener paciencia. Decidió esperar, observar y entrar en acción cuando llegara el momento. No se daba cuenta de que ese momento llegaría antes de lo esperado..

De repente, la tranquilidad del vuelo se vio interrumpida por el fuerte grito del niño. Atravesó el ruido del motor y las conversaciones de los pasajeros. Carole llamó la atención de Joanne. En ese breve instante, Joanne asintió con la cabeza y su expresión pasó del escepticismo a la fe. Era como si el grito del niño hubiera borrado cualquier duda que albergara sobre las preocupaciones de Carole.