Un niño hace señales extrañas con las manos durante el vuelo. Cuando la azafata se da cuenta, ordena aterrizar el avión

Aquel momento de reconocimiento retrotrajo a Carole a un capítulo de su propia vida que tanto se había esforzado por cerrar. Una época en la que ella también era una niña pequeña que hacía señales similares con las manos en una habitación llena de gente, suplicando en silencio que alguien se diera cuenta, que entendiera sus gritos silenciosos de ayuda. Pero entonces, nadie lo hacía.

Lo había visto en un programa de televisión y se le había quedado grabado. Carole se miró las manos y se metió el pulgar en la palma, doblando los dedos sobre él, atrapando simbólicamente el pulgar. Aún lo recordaba. Y lo había recordado el día que lo vio por primera vez en televisión. Era la señal de socorro. Entonces supo que algún día la necesitaría, y así fue..