El olor a café salía de la cocina, mezclado con el aire reciclado, recordándole a Carole las largas horas de vuelo que le esperaban. Tomó nota mentalmente de las acciones del chico: la forma en que miraba por la ventanilla y luego echaba un rápido vistazo a la cabina, y el nervioso golpeteo de su pie. Estos pequeños detalles llamaron la atención de Carole y le indicaron que no todo iba bien.
Mientras empujaba el carrito de bebidas por el pasillo, no dejaba de mirar al chico, intentando captar su atención y ofrecerle una sonrisa tranquilizadora. Estaba dispuesta a actuar, a ofrecer ayuda o simplemente a escuchar, en cuanto viera una oportunidad. Su determinación era clara, respaldada por una mezcla de preocupación y una pizca de esperanza de poder marcar la diferencia.