Céntrate en dos o tres platos clásicos que conozcas y te gusten. Lo más importante es elegir los alimentos que tú o tu familia vais a comer para evitar desperdicios. Piensa en clásicos de la infancia o en cocina completamente desconocida
Puedes apoyar a las empresas locales a la vez que ahorras dinero. Además, los productos del mercado agrícola suelen tener mejor sabor que los comprados en la tienda o los producidos en masa. Si no tienes un mercado agrícola local, compra productos de temporada en tu supermercado.