Matilda aún no había superado el día en que, meses antes, Vincent le había dado la noticia. Llevaban casados más de cuarenta años, y ella creía que llegarían al cincuenta aniversario, si la salud se lo permitía. Pensaba que eran felices, pero no podía estar más equivocada.
Matilda recordó el día en que Vincent regresó a casa de una supuesta salida de golf con viejos amigos. Ambos se habían comprometido a mantenerse activos, incluso en la jubilación. Ella había seguido jugando al tenis y paseando con amigos, mientras que Vincent, según creía, hacía lo mismo con el golf.