Un gorila pide ayuda a un fotógrafo – La increíble verdad al descubierto

Antes de que Paul pudiera hacer una sola pregunta, el veterinario le hizo un gesto para que le siguiera. «Tengo que hacer una llamada», dijo con tono firme. Paul lo siguió de cerca mientras el Dr. Ndaba se apresuraba hacia el teléfono. Se le revolvió el estómago cuando se dio cuenta de que el veterinario estaba llamando a la policía.

La conversación del veterinario con la policía fue breve pero intensa. Paul sólo pudo captar fragmentos de lo que se decía, pero una cosa estaba clara: durante la operación se había descubierto algo extraordinario. Algo lo bastante grave como para implicar a las fuerzas del orden.