La gorila jadeaba con fuerza y su enorme cuerpo temblaba con cada respiración. Paul podía ver que se estaba debilitando, que su energía se agotaba a cada momento que pasaba. No sólo era grande, sino que su tamaño era antinatural. Nunca había visto nada igual, y le dejó profundamente inquieto.
No era normal que los gorilas crecieran tanto, sobre todo teniendo en cuenta su estilo de vida, en constante movimiento y en busca de comida. Algo iba muy mal y Paul estaba decidido a ayudarla. Sin embargo, una pregunta rondaba su mente: ¿Serían suficientes sus esfuerzos para salvarla?