Un gorila pide ayuda a un fotógrafo – La increíble verdad al descubierto

El Dr. Ndaba sacó un bisturí, cuya hoja estaba afilada y reluciente. Paul cogió una rama resistente del suelo del bosque y ató el bisturí a su extremo. La herramienta improvisada era tosca pero prometedora. Juntos, corrieron de vuelta al claro, mientras el tiempo pasaba.

Los gritos de las crías de gorila les espolearon. Al llegar al claro, Paul comprobó la longitud de la rama. De pie bajo las redes, extendió el palo con punta de bisturí hacia arriba, intentando alcanzar las cuerdas. Era un plan precario, pero era su única opción.