La mera perspectiva de una colisión menor con la ballena llenó su mente con la sombría posibilidad de huesos rotos y lesiones graves, amplificando la gravedad de la situación a la que se enfrentaba.
A medida que la colosal criatura la alejaba persistentemente de la seguridad de su barco, la ansiedad de Elena aumentaba, abrumada por una sensación de impotencia.