Harry llevaba meses en el mar, con las manos callosas agarrando con fuerza el volante mientras buscaba la pesca de su vida. El aire salado del mar le escocía la cara y el horizonte infinito se extendía ante él. Era un marinero experimentado, con un único objetivo: atrapar lo desconocido.
Pero mientras navegaba por el vasto y traicionero océano, Harry no podía deshacerse de la sensación de desasosiego que lo corroía. Echaba mucho de menos a su familia y a sus amigos, pero estaba decidido a seguir adelante, sabiendo que el premio final estaba al alcance de la mano. Lo que no sabía era que la verdadera prueba de su fuerza y coraje estaba a punto de revelarse en la forma de un tiburón gigante, un depredador con un estómago lleno de secretos que cambiaría la vida de Harry para siempre.