Ahora la veterinaria por fin podía centrar su atención en el gran bulto de la serpiente: por el que había venido hasta aquí. Cogió su equipo de cirugía del jeep del almacén de la gran empresa y lo preparó para empezar a trabajar.
Rápidamente confirmó sus sospechas al palpar el cuerpo de la serpiente: había un objeto atascado en la entrada de su estómago. El objeto atrapado en su cuerpo era algo que la serpiente se había tragado y que no podía ser descompuesto por el aparato digestivo. El veterinario sólo podía hacer una cosa…