Una banda caribeña sube a bordo de un crucero justo antes de partir, ¡pero no contaban con este valiente veterano!

La cena fue exquisita, el tributo perfecto a su viaje. Jason sintió una paz desconocida, con el corazón henchido de satisfacción. Tras años de servicio inflexible, por fin se sentía a gusto. Para terminar la velada, se dirigieron a la terraza, atraídos por las olas iluminadas por la luna.

Mientras le acariciaba la fresca brisa marina, Jason se apoyó en la barandilla, contemplando la interminable extensión de agua bajo la luz de la luna. Por primera vez en años, sintió una profunda sensación de calma, casi surrealista, como si la tranquila noche contuviera algo fuera de su alcance.