Jason reunió rápidamente un pequeño equipo de personal de seguridad en la sala de control, con el capitán a su lado. Todos los rostros mostraban una mezcla de determinación y tensión mientras Jason exponía su estrategia con la precisión de un táctico experimentado, detallando cada paso y buscando suministros esenciales en los almacenes de la nave.
Con todo preparado, Jason condujo al equipo a la cubierta donde había visto acechar al ladrón. Se colocó a sí mismo como cebo, sosteniendo un ordenador portátil y un reloj caro, fingiendo el aspecto de un pasajero despreocupado, ajeno a cualquier posible amenaza a su alrededor.