Jason sintió que su paciencia se ponía a prueba, pero mantuvo el tono firme. «Capitán, por favor. He sido entrenado para notar patrones, y puedo asegurarle que esto es más que una mera coincidencia» Pero su apelación sólo pareció aumentar el enfado del capitán, que empezó a empujar a Jason hacia la puerta.
Justo cuando el capitán estaba a punto de despedirlo, la puerta se abrió y entró la mujer de antes, con expresión rígida y decidida. Al ver a Jason pareció reconocerlo, y apenas le dedicó una mirada antes de centrarse en el capitán. «Capitán, solicito su ayuda: me falta mi brazalete de diamantes»