A pesar de su percance con la merienda azul neón, esta novia irradia confianza. Es un giro humorístico a la tradición de lucir impecable el día de la boda. Esta foto, digna de ser enmarcada, demuestra que a veces los momentos más cándidos son los que crean los mejores recuerdos.
Su amor se cae literalmente en este caótico pero encantador momento de la boda. La rápida acción de las damas de honor evitó lo que podría haber sido un percance, destacando el vínculo tácito y la disposición de las amigas para intervenir cuando sea necesario.