Un hombre encuentra a un perro a punto de congelarse, ¡pero lo que escondía bajo su vientre es increíble!

La hostilidad en los ojos del animal era inconfundible: una mirada feroz e inflexible que le produjo un escalofrío. El pulso de Jeremy se aceleró, un recordatorio agudo de lo vulnerable que era en ese momento. No podía arriesgarse a que le hicieran daño.

Jeremy dio un paso atrás, con el corazón martilleándole, sintiendo el agudo mordisco del miedo. Jeremy dudó, el instinto de ayudar chocaba con el peligro evidente y presente. Se dio la vuelta y volvió a entrar, con la respiración agitada.